Burkina Faso disolverá la Comisión Electoral Independiente, considerada "devoradora del presupuesto".

El gobierno burkinés anunció el 16 de julio la revocación de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI). Los observadores consideran que esta medida, considerada represiva, no es sorprendente: desde que asumió el poder en 2022, la junta ha restringido significativamente las libertades fundamentales.
Esta es la última medida antidemocrática en Burkina Faso: el gobierno de Ibrahim Traoré aprobó un proyecto de ley el 16 de julio que permite la disolución de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI). Esta institución, creada en 1998 y establecida en 2001, está compuesta por quince comisionados de partidos políticos y la sociedad civil, según informa Deutsche Welle . La razón oficial esgrimida por el gobierno es la racionalización de las responsabilidades gubernamentales.
Tras el Consejo de Ministros del 16 de julio, señala el sitio web burkinés Le Faso.net , Émile Zerbo, ministro encargado de la Administración Territorial, defendió esta represión:
“Subvencionado con casi 500 millones de francos CFA [762.200 euros] Cada año, esta estructura demuestra ser totalmente incompatible con las disposiciones de la carta de transición, además de consumir grandes cantidades de presupuesto”.
Ahora es su ministerio el que organizará las elecciones. También se esgrime el argumento soberanista. Según las autoridades burkinesas, la disolución de esta entidad independiente les permitiría controlar el proceso electoral y, por lo tanto, limitar la influencia externa.
Pero para los observadores, esta decisión está plenamente anclada en un contexto de desestructuración de la democracia.
Courrier International